Tratado clásico de tipografía: 9 Composición, espaciado y justificación

Normas para componer. Puesto el original sobre el cruce de la caja, el tipógrafo se coloca frente a ella en posición vertical, sin apoyarse en parte alguna, y descansando por igual sobre ambas piernas.
Procuresé que los codos coincidan con la altura de la caja.

La operación de componer se efectúa valiéndose del componedor.
Para ello se coloca el componedor en la palma de la mano izquierda, sujetándolo entre el pulgar, de una parte, y por la otra, con los dedos restantes, en la forma que indica la figura superior.
A continuación se determina la medida de las líneas que se van a componer, lo que se hace con cuadrados de los cuerpos 12, 24, 36 ó 48, en buen estado, procurando queden con un poco de holgura; y sobre el componedor se coloca una interlínea de la medida obtenida.
Hecho esto, se comienza en seguida a componer; para lo cual se van tomando con la mano derecha las letras del cajetín, una a una, y se colocan en el componedor de izquierda a derecha, dejándolas descansar sobre la escuadra del mismo, de manera que el ojo de la letra quede en posición invertida. En esta operación se ayudará con el pulgar de la mano izquierda, que recibirá y sujetará las letras.

El principiante, antes de trabajar sobre la caja, deberá ejercitarse en colocar en el componedor una porción de letras cualesquiera, formando líneas, que luego volverá a deshacer, soltando los tipos uno a uno sobre una mesa o tablero, para acostumbrarse al manejo de los mismos.
Desde un principio ha de acostumbrarse el aprendiz a distinguir bien las letras que por su estructura pueden ofrecer confusión; tales son: b, p, d, q, l, n, u, 6, 9, apóstrofo y coma.
Para ello deberá tener en cuenta que: las letras b d tienen la prolongación del palo vertical en dirección alta del ojo de la letra, y al contrario la p q.
Lo mismo digasé del 6 y 9. La n está abierta por la parte inferior, mientras que la u lo está por la superior. El apóstrofo ocupa la parte superior del tipo y la coma la inferior.
A este fin deben hacerse frecuentes ejercicios, pues en la práctica estas dificultades se pueden solucionar fijándose antes hacia qué lado debe caer el cran en el tipo que se maneja y haciendo que en todas las letras el cran conserve igual posición.

Observaciones importantes.
1ª. El tipógrafo procurará retener en la memoria el mayor número posibles de palabras que pueda, a fin de no interrumpir el movimiento de la mano para mirar a cada momento el original.
2ª. Un buen tipógrafo evita todo movimiento inútil al llevar las letras del cajetín al componedor, pues representa pérdida de tiempo.
3ª. Asimismo, debe evitar el golpear la letra en el componedor antes de colocarla en su sitio.
4ª. La mano izquierda que sostiene el componedor se moverá ligeramente hacia el cajetín del cual se va a tomar la letra para acortar así la distancia.
5ª. Si al componer quedara poca letra en la caja, no se deberá extender con las pinzas; basta levantarla por el extremo inferior.

Espaciado. Entre palabra y palabra suele ponerse de ordinario el espacio grueso (tercera parte de un cuadratín); pero si la letra es de ojo ancho, entonces se usa el medio cuadratín. A esta operación se llama espaciar.
El espacio ideal es el correspondiente a una letra de grueso medio. No todas las líneas pueden siempre terminar con palabra entera; en este caso se colocan las sílabas que quepan, seguidas de guión, teniendo en cuenta las reglas de ortografía.

El espaciado es una operación importantísima y no siempre fácil para conseguir que sea uniforme en todas las palabras. A veces puede ser necesario o conveniente espaciar, particularmente cuando la medida es corta, las letras de uno o más vocablos; en este caso debe aumentarse proporcionalmente el espacio entre palabras.

Si las letras para espaciar son mayúsculas, hay que poner menos espacio entre las que tienen más rebaba como la A, la T, la V, etc.
Si se emplean politipos (dos o más letras fundidas en una sola pieza) no se pueden espaciar las letras; lo mismo ocurre con las letras cursivas o caligráficas que tienen rasgos de unión. Éstos impiden asimismo la composición en mayúsculas con la mayoría de las cursivas.

Justificación. Una vez terminada la línea, se procede a su justificación. Justificar la línea es darle la medida exacta, para lo cual se van cambiando los espacios por otros más anchos o más estrechos, hasta que la línea alcance la medida completa.
Para justificar una línea por tenerla que ensanchar:
1º. Se substituyen los espacios gruesos por el medio cuadratín.
2º. Si aún queda floja la línea se pone el espacio grueso y mediano.
3º. Si aún no se obtiene una justificación exacta, habría que emplear dos gruesos.
4º. Si aún así fuera insuficiente, el medio cuadratín y espacio mediano.

Para justificar una línea por tenerla que estrechar, bastará cambiar los espacios gruesos por medianos; si esto no fuera suficiente, convendrá pasar una o más sílabas de la última palabra a la línea siguiente.

Siempre es más ventajoso ensanchar espacios que estrecharlos; pero nunca se debe pasar de dos espacios gruesos, máxime en los cuerpos pequeños, por ser de mal efecto.

Líneas cortas. Líneas cortas son las que no llenan por entero la medida, debiéndose completar con cuadrados y espacios.
Para justificar líneas cortas no se debe tocar para nada el espaciado de la línea, sino que se colocarán los espacios entre la última letra y el primer cuadrado.

Advertencias. Para obtener una buena justificación se tendrá en cuenta las siguientes advertencias:
1ª. Antes de proceder a la justificación de la línea, debe leerse por entero y corregir las erratas que hubiere.
2ª. Al estrechar el espaciado, hágase con preferencia en los signos de puntuación, letras mayúsculas o números; pues el blanco que ellos tienen de por sí, disimula la diferencia de espacio. Lo contrario se hará al tener que ensanchar la línea.
3ª. Al espaciar deben evitarse las llamadas calles, o sea, series de espacios que se forman con los de varias líneas consecutivas que se corresponden vertical u oblicuamente.
4ª. No deben justificarse las líneas comenzando siempre por el mismo lado.

Justificada ya la línea, se coloca sobre ella una interlínea y se compone la siguiente; y así sucesivamente, hasta completar el número de líneas que quepan en el componedor.
Los espacios de un punto no deben usarse ordinariamente en la justificación de la línea, porque se estropean fácilmente; su uso ha de ser exclusivo de los trabajos que no son de composición corriente.

Recorrido. Llámase recorrer o recorrido a la acción de volver a justificar la composición, ya por tener que pasar letras de una línea a otra, ya por tener que cambiar la medida de algunas líneas.
Si hay que recorrer por tener que añadir o quitar alguna palabra, se efectúa como en las correcciones ordinarias, valiéndose de las pinzas.
Otra cosa sería si la adición o supresión fuera de importancia. En este caso habrá que separar del molde o paquete la parte de la composición que se debe recorrer, la cual se colocará invertida sobre el galerín, de donde se irá pasando al componedor, haciendo a la vez la enmienda indicada; de aquí se traslada de nuevo al molde o paquete.

Igual procedimiento se seguirá si el recorrido obedece a tener que variar la medida de la composición.
Al hacer el recorrido téngase en cuenta estas observaciones:
1ª. Unifórmese el espaciado que fácilmente resultará desigual al juntar porciones de diferentes líneas.
2ª. Quítense los guiones, que se pondrán donde sea menester.
3ª. Al juntar una palabra de fin de línea con la que encabeza la siguiente, póngase en medio el espacio debido.