Cyrus Highsmith, sobre sus clases de tipografía

«Un curso corto de diseño de tipografía no te convertirá en un diseñador tipográfico , pero hará de ti un mejor tipógrafo.»

 

Cuando estoy formando a un nuevo empleado en Font Bureau, estoy trabajando con una persona con talento centrada en lo que realmente quiere ser, un diseñador tipográfico. Disponemos del tiempo necesario para ello, usualmente uno o dos años y la atención está dirigida hacia la técnica y los resultados.
Pero cuando estoy enseñando la asignatura optativa de diseño de tipografías en la escuela de diseño de Rhode Island (RISD), la situación es diferente. En vez de trabajar con una persona lo hago con un grupo y aunque muchos de los estudiantes tienen también talento y están centrados en lo que hacen, ellos no quieren ser diseñadores tipográficos. Mis estudiantes son estudiantes de diseño gráfico. Ellos quieren ser diseñadores gráficos y en cuanto al diseño de tipos solamente quieren probarlo durante doce semanas.
Sin embargo, yo estoy lo suficientemente interesado en la materia de diseño de tipografías como para haberla impartido durante casi quince años. Me llevó algún tiempo antes de reconocer las diferencias entre formar y enseñar y cuando finalmente lo hice, tengo que confesar que, al menos al principio, encontré la idea de enseñar ciertamente desalentadora.

El diseño de tipografías se conforma, en parte, por una mezcla entre caligrafía, historia y función. Como experimentado diseñador tipográfico, cuando dibujo una letra utilizo mis conocimientos de estas materias para ayudarme a visualizar su apariencia, algo de lo que un estudiante poco podrá disponer debido a los límites temporales de un curso corto optativo.
La caligrafía ofrece métodos, consagrados por el tiempo, para dibujar correctamente las formas de las letras. Por esto, he intentado varias opciones para introducir la enseñanza de la caligrafía en mis clases. Sin embargo, en doce semanas de un semestre lectivo fácilmente dominaría todo el plan de estudios.
La caligrafía conforma al diseño de tipografías pero no es lo mismo que diseñarlas y yo no soy un calígrafo. Mi interés en el diseño de tipografías proviene en gran medida de lo que lo hace diferente de la caligrafía, no de lo que la hace similar.
El diseño de tipografías también nos ofrece una gran oportunidad para introducirnos en su historia. Estudiar y copiar antiguos tipos es un camino seguro para aprender de donde vienen las letras que utilizamos hoy en día. Para mí, el enfoque histórico es demasiado académico. La investigación tiene su sitio pero yo estoy más interesado en dibujar  y hacer cosas nuevas. A mis estudiantes y a mí nos emociona utilizar la tecnología actual para esto.

Si bien no lo hago (y no puedo) ignorar la caligrafía o la historia, mi método para enseñar diseño de tipografías a los diseñadores gráficos no está basado en ninguna de ellas. En mis clases la atención se centra en pensar en cómo una tipografía será utilizada. La función es el camino que seguimos para dibujar letras correctamente.
Y no se trata de un aburrido ejercicio destinado a resolver un problema. Les pido a los estudiantes que imaginen el diseño de una novela de su elección. Y deben visualizar todos los elementos del diseño del libro no solamente la tipografía, así deben considerar la portada, el papel, la calidad de la impresión, en definitiva, todas las partes que intervienen en la creación de un libro. Finalmente, les pido que se fijen en un detalle importante, la tipografía del texto que es la que tendrán que dibujar.
En realidad usar la fuente que ellos crean con un objetivo les proporciona un contexto valioso. Es una excelente manera de guiar el proceso de diseño, y, además, proporciona una manera concreta para evaluar los resultados.
Lo más importante, este método se basa en las habilidades de diseño gráfico que los estudiantes traen consigo. Los diseñadores gráficos están capacitados para visualizar diferentes clases de tipografía. En lugar de aferrarse a la búsqueda de la fuente correcta, les pido que describan que es lo que están buscando. Les pido que agudicen su mirada y pulan sus opiniones acerca del tipo de tipografía que quieren realizar. Estos son los elementos clave que intervienen en la decisión más importante del tipógrafo: que tipografía utilizar.
No estoy formando a mis estudiantes para que sean diseñadores tipográficos. Ser diseñadores de tipos no es lo que ellos quieren y, en cualquier caso, no disponemos del tiempo suficiente para ello.
Pero, quizás, en un curso corto de doce semanas, puedo conseguir que se conviertan en mejores tipógrafos. Esta es la intención de mis clases que figura en el plan de estudios de la escuela. Personalmente, creo que algunos de los efectos secundarios son aún más interesantes.

Las letras tipográficas se dibujan con contornos. El contorno representa un borde, donde la forma blanca y la negra se encuentran. Con la práctica puedes dibujar manteniendo una conciencia simultánea de ambos tipos de formas. Esto no es solamente un ejercicio mental. He observado que cuando te concentras en las formas blancas de una letra muchos problemas de balance y proporción de la misma a menudo se resuelven por si solos. El resultado es una letra, que aunque no perfecta, tiene un sentido de la corrección evidente. Esta es la manera con la que enseño a mis estudiantes a dibujar letras.
Por supuesto, dibujar las formas blancas no es el “truco simple” que hará de ti un buen diseñador tipográfico. Es una base sobre la cual se agregan todos los demás tipos de habilidades y conocimientos especializados.
Dibujar una letra que se vea correcta en sus formas es solamente el punto  de partida para un diseñador de tipografías competente.
Mientras tanto, esta forma de ver las letras ofrece al estudiante una idea de la manera en la que trabajan los tipos móviles de plomo. Las formas blancas en el interior de la letra y alrededor de ella son esenciales para formar el espacio integrado donde se asienta la letra.
Este espacio integrado, o “espacio de glifo”, constituye la estructura fundamental de un párrafo. Cualquiera que haya compuesto un texto con tipos de metal también es consciente de este espacio.
Más importante aún, aprendiendo a dibujar las formas blancas de una letra los estudiantes obtienen un conocimiento práctico del espacio en blanco. Esta toma de conciencia puede extenderse a los espacios entre palabras, líneas, párrafos, columnas y páginas.

Tal vez aquí resida el verdadero potencial de la asignatura optativa de tipografía en un curso dirigido a diseñadores gráficos.
Si bien la importancia de los espacios en blanco a menudo se reconoce en la enseñanza de la tipografía, rara  vez va más allá de eso. Como enseñar y como utilizar el espacio en blanco de manera efectiva sigue estando relativamente sin desarrollar. El diseño de tipografías ofrece una forma natural para hacerlo.
En muchos programas didácticos de diseño, el tiempo disponible para la enseñanza de tipografía se está reduciendo. Sin embargo, el uso de tipografías no está disminuyendo. De hecho, las demandas que se hacen a las tipografías cada vez son más intensas. Mi trabajo en la RISD ha sido averiguar si el diseño de tipografías puede ayudar.
Y yo pienso que puede. La educación tipográfica necesita ser más profunda y alcanzar esas profundidades más rápidamente. Es necesario un impulso. En lugar de ser un ejercicio diletante, la asignatura de diseño de tipografía dentro de un programa didáctico sobre tipografía, tiene el potencial para ser precisamente eso.

 

Cyrus Highsmith, es diseñador tipográfico en la fundición digital Font Bureau, y docente en la Escuela de Diseño de Rhode Island
Este artículo se publicó originalmente en inglés en el número 90, Vol.23, 2015 de la revista Eye
Artículo original en inglés