Tengo que confesar que lo primero que me sorprendió al ver el último libro de Enric Jardí fue su formato cuadrado y su aspecto consistente, nada más y nada menos que 356 páginas de un papel de calidad con encuadernación de cartoné muy agradable al tacto. La manipulación del título en la cubierta y su color me remitió al instante a un pequeño libro que es toda una joya de creatividad tipográfica: Watching Words Move realizado al alimón por los diseñadores y compañeros de fatigas en el mismo estudio neoyorquino Ivan Chermayeff y Tom Geismar, con la colaboración de Robert Brownjohn, allá por el año 1962. Siguiendo esta propuesta, de experimentación y fusión entre palabra y significado visual, Jardí guiña un ojo a estos pioneros con la portada pero lo que realmente nos propone es una evolución de este experimento tipográfico poniéndolo en el contexto actual donde la imagen publicada y difundida a través de las redes sociales reina sobre todas las cosas.
Los contenidos del libro son imágenes que el autor publicó en Internet de manera regular a partir de 2010 y las que puso el nombre de Weekly Garden Thoughts. La mayoría de ellas están acompañadas de una pequeña explicación que las pone en contexto pero en realidad si estás un poco al tanto de lo que pasa a tu alrededor se explican solas. No aparecen todas las que fueron publicadas en Intenet, por lo que los que se quedaron con ganas de más, aquí encontrarán sin duda material de sobra.
Leo y releo la introducción del autor y me parece realmente honesta. El mundo del diseño gráfico parece que requiere no solamente buenos profesionales sino que estos sean felices y transmitan buen rollo. La confesión de Enric sobre el origen de esta serie de imágenes a partir de la crisis económica a la que se sumó otra de tipo personal, y como esta labor autoimpuesta sirvió para transmitirle el calor y cercanía de amigos conocidos y habitantes del ciberespacio es muy de agradecer.
Una vez expuesta la primera impresión que me causó el libro y la introducción al mismo por parte de su autor, llega el momento de los fuegos artificiales.
Y en este apartado tengo que decir que cada una de las composiciones, unas con más intensidad que otras obviamente, son todo un tratado de cómo transmitir mensajes utilizando la imagen como vehículo expresivo, aprovechar de manera óptima los recursos que estas te ofrecen y articular un mensaje siempre inteligente, conciso, crítico y, por qué no, con un agudo sentido del humor en muchas de ellas.
Navegar por las páginas del libro nos da la oportunidad de encontrarnos cara a cara con unas imágenes que nos proporcionan múltiples interpretaciones que van de la indignación a la sonrisa,pasando por la sorpresa o la reflexión.
Habla también el autor del placer de jugar con imágenes porque si, sin ningún encargo detrás de ellas. Así, sirve este pequeño gimnasio mental particular como herramienta para mantener en forma no ya la creatividad como don divino sino la capacidad para encontrar conexiones, contradicciones, sugerencias o caminos inexplorados en el mundo que nos rodea. La capacidad de síntesis que Jardí muestra en toda la colección son pequeñas lecciones que seguro son provechosas para cualquier comunicador, así, de esta forma, el libro se convierte también en un formidable recurso didáctico.
Sin duda, en una época como la actual en la que la polución visual nos rodea y somos bombardeados de manera continua por imágenes de todo tipo que nos dejan con una capacidad crítica limitada, una colección como las que nos propone Enric Jardí es una invitación a la pausa y a la reflexión que merece la pena disfrutar.
Life is sho
por Enric Jardí
356 páginas
178,5 x 178,5 mm
Tapa dura
Cuatro tintas
ISBN 978-84-16601-91-2
Publicado en febrero de 2019
PVP 24,90 euros